A las afueras de Nueva York en Appel Street una chica llamada Carrie llena de esperanza y recuerdos cree que es imposible que ella pueda amar después de la muerte de su madre pero, ¿Y si se equivoca?

Empiezo una nueva historia

Carrie

dissabte, 27 de novembre del 2010

Capitulo 14. ¿Realmente soy feliz? Segunda parte

A la mañana siguiente, todo fue normal. Cat ya había reparado su coche. Y sin saludarla abrí la puerta del coche y me senté. Mire por la ventanilla. Pero nada. Me sentía vacía. Fue el primer día de todo el curso que no vi el coche de Ashley aparcado frente a la casa de Will para ir a clase. En todo el camino Cat no abrió la boca. Me conoce muy bien y si no la he saludado ella sabe que es porque hoy es un día que necesito arreglar las cosas. Arreglar las cosas conmigo misma. Y por fin llegamos al aparcamiento. Cat aparcó, bajó del coche y fue directa a saludar a Joe. Yo bajé y sin ni siquiera alzar la cabeza me dirigí a clase. Tocaba clase de música, genial para poder pensar, dormir y descansar. Mi único problema. Que Allan estaría a mi lado. Entré a clase y me senté, Allan ya estaba allí.

- Hola - dijo Allan alegremente.
- Hola - le contesté.

Pero entonces el Sr. Buttercup nos cortó la conversación pidiendo silencio inmediatamente. Entonces empezó.

- Chicos hoy vamos a hablar de lo que nos aporta o significa la música para nosotros, vamos a ver por quien empezamos ... ¡Oh! Tú Ashley - dijo el Sñ. Buttercup.
- ¿Yo profesor? - dijo con esa voz repipi e insoportable. Pues me aporta diversión en el equipo de animadoras y cantantes muy guapos. Muy guapos.

Entonces mi risita incontrolada salió a la luz. Y media clase se dio la vuelta para mirarme.

- Y a ti, ¿Carrie? Ya que te ries quieres explicarnos, ¿que te aporta a ti la música? - dijo el Sr. Buttercup mirándome fijamente.

Y sin pensarlo dos veces mi boca se abrió y empezó a hablar por ella sola.

- No sabía que la música era tan importante para mí, hasta que llegó el día en que mi madre falleció. La música era algo que llenaba su vacío y la tristeza que sentía mi corazón. Toco la guitarra y estoy metida en el mundo de la música desde los siete años. Pero tan solo sentí que era importante para mí, tres meses después de cumplir los quince años. Cuando falleció mi madre y caí en un vacío tan grande casi como la propia muerte. De aquí un mes, hará un año desde que la música forma parte de mi ser. La música me permitió tener el lujo de saborear el mundo de la felicidad tan solo durante unos instantes. Pero eso me fue suficiente para poder seguir adelante. Eso es la música para mí, simplemente mi vida.

Entonces me di cuenta. Acababa de revelar mi más profundo pasado a personas que ni siquiera consideraba amigas. Un típico vomito de palabras de los míos. De lo que pienso y no quiero decir. Por fin había podido desahogarme. Aunque esta vez acababa de revelar una parte de mí. Y eso no me gustaba demasiado. Pero por primera vez por cualquiera razón en todo el día. Podía decir que, sí, me sentía feliz.